Presence, propuesta interesante pero malejecutada
- Carlos Mera
- Mar 16
- 3 min read

Título original: Presence
Año: 2024
Duración: 85 min
País: Estados Unidos
Dirección: Steven Soderbergh
Guion: David Koepp
Reparto: Gallina Liang, Lucy Liu, Chris Sullivan, Eddy Madday
Género: Terror. Intriga | Fantasmas. Sobrenatural. Casas encantadas
El cine de fantasmas es uno de los subgéneros más importantes dentro del terror y, al mismo tiempo, uno de los que más ha fascinado a las audiencias desde los inicios del séptimo arte. Estas películas suelen explorar el miedo a lo desconocido, la vida después de la muerte y las apariciones espectrales que atormentan a los vivos. Desde clásicos como The Innocents (1961) hasta éxitos contemporáneos como The Others (2001) o The Conjuring (2013), el género ha evolucionado combinando elementos de suspenso, drama y horror psicológico, dejando su huella no solo dentro del cine de terror, sino también en la historia del cine en general.
Este año, el cineasta Steven Soderbergh (Traffic, Contagio, Ocean's Eleven) presenta su propia visión del género con su nueva película: Presence. La historia sigue a una familia que se muda a una nueva casa en un vecindario desconocido. Pronto comienzan a experimentar fenómenos inexplicables mientras intentan lidiar con sus propios conflictos personales, lo que los llevará a cruzar la delgada línea entre la realidad y la percepción.
Presence se presenta como una propuesta fresca e interesante, con una premisa original: contar la historia desde la perspectiva del fantasma. Rodada en primera persona, como si viéramos a través de los ojos del espectro, la película nos hace sentir parte tanto de la historia como de la intimidad de la familia protagonista. En un primer momento, esta elección estilística resulta llamativa y funcional, pero una vez superado el impacto inicial, la cinta comienza a volverse repetitiva e incluso pedante.
Más que una película de terror, Presence se acerca al drama familiar. Esto no es necesariamente negativo; de hecho, resulta sorprendente ver cómo el guionista David Koepp (Jurassic Park, Misión: Imposible, La guerra de los mundos) opta por un enfoque más introspectivo, explorando otro género y dotando a la película de una identidad propia. Este tono se ve reforzado por la dirección de Soderbergh, quien utiliza planos secuencia y movimientos de cámara inestables para generar una atmósfera inquietante tanto en la familia como en el propio fantasma.
A pesar de todos estos elementos, Presence termina siendo una propuesta fallida. A medida que avanza la historia, el interés del espectador se desvanece progresivamente, desembocando en un desenlace decepcionante y desaprovechado. Sin embargo, como experimento cinematográfico y propuesta innovadora dentro del género, resulta interesante de ver. Su intento por explorar nuevas formas de narración es digno de reconocimiento, y en algunos momentos logra sorprender.
En conclusión, Presence será recordada más como una propuesta curiosa que como una película verdaderamente memorable. Aunque su premisa y enfoque visual son innovadores, la ejecución no está a la altura de su potencial. Ningún personaje logra destacar lo suficiente como para generar un vínculo emocional, lo que provoca una sensación de distancia e indiferencia frente a la historia. Además, sus elementos más llamativos terminan opacados por un ritmo narrativo irregular, que oscila entre lo lento y lo atropellado, dificultando la conexión con la trama.
A pesar de sus buenas intenciones y del intento por renovar el género, Presence no consigue consolidarse como una experiencia realmente atrapante, quedando en un limbo entre la curiosidad experimental y la decepción.
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